Hoy quiero compartir con vosotros un relato muy especial, ella es una mujer llena de amor hacia su hijo, son una familia repleta de cariño en definitiva.
Prefieren respetar su identidad pero quieren darle voz a tantas familias que al igual que ellos tienen un hijo con TEA, en este caso en concreto el problema añadido de no poder llevarle al centro escolar que ellos consideran más adecuado . Nosotros estamos encantados de abrirles las puertas de nuestro espacio en esta semana que dedicamos a estos niños tan especiales. ¡Allá va!
«Esta es nuestra historia:
Somos una pareja que tenemos un precioso hijo de 7 años que tiene TEA.
Él es un niño maravilloso, cariñoso y sensible que tiene algunas dificultades, especialmente académicas, hasta ahora ha asistido a la escuela pública del pueblo donde vivimos.
Es una escuela que nos gusta porque es pequeñita, lo que permite un trato muy cercano y porque tiene un proyecto educativo abierto y respetuoso ( al menos es lo que creíamos). Este es el tercer curso que desde el servicio educativo que se dedica a valorar los recursos que necesita la escuela para atender a los alumnos con necesidades educativas especiales nos proponen dejar la escuela y acudir a un aula de educación especial en otro pueblo.
Los cursos anteriores permitieron que la última palabra la tuviésemos nosotros, pero en esta ocasión nos quieren obligar, nosotros hemos valorado mucho esa posibilidad, no nos hemos negado sin meditarlo.
Hemos visitado ese aula en varias ocasiones y hemos hablado con las profesionales que allí trabajan y finalmente, hemos decidido que no es la mejor opción para nuestro hijo. Sería aislarle de su entorno, de sus referentes, sería tirar por la borda todo un trabajo de años en favor de su socialización y su inclusión en el entorno cercano.
Nos sentimos ninguneados, infravalorados, desprotegidos….. Los profesionales se escudan en que desde su criterio profesional lo hacen por el bienestar del menor y se olvidan de lo más importante, del factor humano.
Nadie está más interesado en su bienestar que sus propios padres y probablemente nadie puede saber mejor lo que necesita ese niño que nosotros. Los padres que tienen niños sin dificultades pueden decidir qué hacer con sus hijos: a qué escuela le llevan, cambiarle si no les gusta… Pueden incluso equivocarse.
Porque eso es ser padre- madre… No tenemos un manual de instrucciones sobre lo que es mejor para nuestros hijos. Los padres que tienen hijos con necesidades especiales perdemos esos derechos. Creen que pueden decidir por nosotros y así lo hacen. Es realmente injusto y estamos sufriendo mucho con todo esto»
Os invitamos a compartir vuestras experiencias familias.
¡Un abrazo!